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lunes, 10 de marzo de 2025
EL PESCADOR MÁS ANTIGUO DEL ORINOCO / Reportaje de la revista EDELCA 1994
Oscar Castro, a quien ya se le ha olvidado su nombre porque la gente lo ha obligado desde muchacho a responder por “Corocoro”, lleva sesenta años pescando en el Orinoco y vive en la misma orilla del río padre, fumando cachimba y remendando redes durante su tiempo de ocio.
V
ive en la margen izquierda del
río, al borde de la colina
donde el armador Alberto
Minet tiene la casa más
placentera de Soledad y desde
donde se domina el empinado
casco urbano de Ciudad
Bolívar y la Piedra del Medio que mide
las subidas y bajadas del río.
Oscar Castro, además de pescador
fue fiscal de pesca y caza hasta que el
MAC lo jubiló después de haberle
servido durante treinta años. Entonces
era sesentón. Hoy es octogenario. Cuidaba Corocoro las tortugas de Pararupa y también las bocas de los caños contra el aldrin y el barbasco que suelen emplear los enemigos de la fauna orinoquense.
Cuando comenzó a ser fiscal de pesca, asistió a unas cuantas charlas y aprendió muchas cosas, entre ellas, lo que significaba continuar sin control con la captura del caimán, la tortuga arrau y el manatí. Eran piezas de la fauna orinoqueña que corrían el riesgo
de desaparecer por la forma intensa e irracional de su explotación.
w
La protección necesaria
Castro cree que de estas especies, el Manatí es el que está en desventaja. Quedan pocos, acaso menos de un centenar, incluyendo no sólo los que pueblan el Bajo Orinoco y Apure sino también el Delta y el Golfo de Paria.
El amigo Oscar Castro nos pinta al Manatí como un zeppelín, con un tamaño que puede variar entre tres y
cuatro metros en su estado bien desarrollado. Su trompa, vista de perfil,- se asemeja a la de un cerdo y de frente alienta el aire de una tortuga. Adelante, a manera de brazos ©ortos tiene dos aletas y en la parte posterior sólo la cola, la cual termina en un borde redondeado. El colbr de su piel, gruesa y rugosa, varía-de acuerdo con el ambiente de su hábitat. En el mar, gris azulado y en el río, pardo claro.
Es manso, fácil de capturar con palambre y arpón, especialmente en tiempos de aguas bajas. Al manatí de mar los pescadores y marinos los llaman vaca marina. No obstante respirar como los seres humanos, pifes tienen pulmones y sangre caliente, paren sus hijos debajo del agua y los amamantan con unas ubres que apenas le cuelgan cerca de las axilas ■
- ¿Para qué la captura de estos animales?
- Su carne es sabrosa. Tiene cuatro sabores y, además de su piel utilizada para fabricar bastones, se aprovecha la grasa y los huesos que muchos hacen pasar por marfil. La piel y. los huesos, reducidos a ceniza igualmente son utilizados para el tratamiento de ciertos males como el asma y para detener las hemorragias.
Pero éstos son usos que pasaron a la historia de los tiempos en qué el Manatí abundaba en las costas de Paria y el Orinoco. Hoy apenas quedan unos pocos protegidos por la veda. Una veda tardíamente dispuesta por el Ministerio jj^ímbiente y la cual data de septiembre del 78, año en que también ; la Fundación de Defensa de la
Naturaleza (FUNDENA) programó un estudio a través de los científicos Edgardo Mondolfi y Kalus Muller, quienes alarmados, dieron la alerta
i sobre el crítico estado de merma de esta l valiosísima especie de la fauna I orinoqueña.
Apetecida demanda
Para Castro, el Manatí es el animal I acuático más grande del Orinoco. Luego I le sigue el Caimán, la Tonina y en I cuarto lugar estaría el Lau-Lau que | crece hasta dos metros y al igual que el I Manatí hay que pescar con palambre o I arpón, y con carnada a grandes | profundidades.
Considera que el Lau-Lau, además I de hábitos carnívoros, pues cae con I carnada, se alimenta, al igual que el
Manatí, de ramas, frutas y gamelotes. El lo ha capturado entre Caicara y el Delta y de todos los bagres del Orinoco, no sólo es el
más grande sino el de carne más exquisita. Tiene gran demanda y es el único pez del Orinoco que usted encuentra en el menú de los mejores restaurantes.
7 Después del Lau-Lau, en demanda, le sigue el Bagre Amarillo. Su carne es de excelente calidad y se puede pescar no sólo en el canal del Orinoco sino también en las zonas de inundación, vale decir, en rebalses o lagunas, al igual que la Zapoara, lo que no suele ocurrir con el Lau-Lau.
Otros bagres de menor demanda son el Blanco Pobre, Cajaro, Cabo de Hacha, Doncella, Dorado, Mapurite, Rayao, Bagre Tigre, Bagre Yaque, Bagre Garbanzo, Bagre Paisano y Bagre Zapato.
Origen del sobrenombre
Todos esos bagres han pasado por el paladar de Corocoro, pero lo que no nos explicamos es por qué Oscar Castro, bqlivarense del Barrio La Alameda donde nació esa gran promotora del béisbol .amateur que fue doña Luisa Alameda, lo apódan Corocoro, siendo éste un pez de mar y él un hombre de río. .
- Ese apodo del que jamás pude librarme, se lo debo a un maldito paisano que me encontró semejanza, no con el sabroso corocoro de mar que tanto abunda en los mares de la Isla de Coche, sino con esa garcita negra llamada así y que mucho anda por aquí por estos lares.
- Lo que quiere decir, que usted como la Corocera tampoco sale del río.
- Así es. Desde la edad de 12 años no he podido alejarme del río y cuando una vez quise cambiarlo por el mar, debí regresar porque no es lo mismo naufragar en el mar que en el río donde la costa está al alcance inmediato de uno. El río, chico, es mi vida, es mi manera de ser y de sentir y la pesca el oficio más placentero del mundo. Y ahora, para mayor fortuna del pescador, el pescado se paga bien, tanto mejor que la carne.
- Usted, por supuesto, con tantos años de pesca acumulados ¿debe estar rico?
- Que voy a tener, estoy más bien con problemas económicos.
- ¿Y esa casa, ese familión, esas
redes, esas curiaras, esos motores?
- Todo eso se lo debo al río pero de allí no pasa porque si bien el pescado pasó a equipararse en precio a la carne, el de los insumos ha subido tanto como el precio del dólar.
La sombré de El Amparo
* Oscar Castro, primero que pescador fue marinero de los barcos de la Venezolana de Navegación. Recuerda que a muy corta edad lustraba zapatos y a los trece debió embarcarse en El Amparo, capitaneado por el Cabo Vito, en el cual sufrió más de un mareo cuando el barco salía del estuario orinoqueño rumbo a Trinidad, Maracaibo y Ciirazao. .
Un día se cansó de El Amparo y se embarcó en El Delta, con el Capitán Chity Pardo. Allí conoció a Pedro Estrada, trabajando como Contador. Luego fue marino del Bienvenido, un barco inglés que hacía escala en Trinidad, Barbados, Martinica, San Lorenzo y Cayena, transportando ganado desde Ciudad Bolívar. Ganaba 27 dólares al mes, un poco más que en El Delta y casi lo mismo de lo que comenzó a devengar después (1945) en el remolcador Alberto Lewis, donde prácticamente terminaron sus andanzas de marino.
El Alberto Lewis naufragó el 5 de diciembre de 1945 cuando remolcaba una chalana cargada de yeso, desde Puerto Colón a Puerto Cabello. Se hundió en las Bocas de Trinidad, entre Los Páticos e Islas de Patos.
- A punto de perecer ahogados estuvimos once tripulantes que nadando buscábamos alcanzar la costa, cuando al cabo de cuatro horas apareció el barco Aída y la Lancha*Fiscal de Güiria para socorrernos. A bordo venía Luis Piñerúa Ordaz, quien era el Administrador de la Aduana.
Oscar Castro es un personaje pintoresco de la angostura del Orinoco. Muy solicitado por quienes desean navegar el río y enterarse de la pesca artesanal. Cosa rara, Corocoro no cree mucho en la religión católica, tampoco en brujería ni en nada por el estilo. Al ser requerido sobre la Virgen del Valle, afirma tajante: "¡En esa si es verdad que no dejo de creer!" □
•> Lie. Américo Fernández-» .
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